Continuando la novela...

Después de un tiempo bastante ajetreado, con cambios y más cambios, estrés y más estrés, no me centraba, estaba bloqueada, sin poder dar prioridad a la novela. Sin embargo el otro día, cuando empecé a sentirme más relajada y centrada, volvieron a mi los personajes, comenzaron a hablarme de nuevo y en mi cabeza empezaron a surgir nuevas ideas para plasmarlo en el libro. Me suele pasar, que cuando me despierto en la cama los fines de semana, son las 9:00 y quiero seguir durmiendo, “tengo que aprovechar” pienso, “hoy no tengo que madrugar”, pero de mi cabeza empieza a salir ideas y más ideas hasta que tengo que levantarme de la cama para escribirlas todas antes de que se me olviden, tengo memoria de pez.

El otro día fui a la presentación de Suave como la Seda de Noelia Amarillo. Soy una fiel seguidora de esta escritora, a parte, como persona me parece genial. Cuando leí Ardiente Verano busqué información sobre ella y según iba descubriendo cosas, más identificada me sentía, sobre todo por como comenzó a escribir.

Estaban allí sentadas, dos pedazo de escritoras, Megan Maxwell y Noelia Amarillo, ésta última, estaba  nerviosa por la presentación de su libro y yo pensaba, ¿te imaginas estar sentada donde están ellas?, que locura me decía a continuación, no te lo crees ni tú jajaja.

La gente hizo varias preguntas, la respuesta que dieron a una de ellas, me dio que pensar. Llevaba un tiempo que estaba bloqueada, necesitaba poner la novela en orden y en el ordenador no podía, la imprimí y más o menos creo que me fui centrando pero me seguía faltando algo. No recuerdo la pregunta, creo que era, que si escribía desde hacía mucho tiempo. Entonces dijo algo como “para mi escribir es como ser “Dios”, soy la que tengo el control absoluto, nadie me dice lo que tengo que hacer, eres tú quien decide todo, tu lo creas y le das forma” Megan también dijo algo como “en un trabajo, tienes un jefe que te manda, siempre tienes que seguir las normas, pero al escribir no, soy yo la que decido, tengo el control y el poder absoluto”

Más o menos eso fue lo que dijeron y madre mía, está claro que eso es así, cuando escribes eres la que crea todo, pero al decirlo ellas me abrieron los ojos. Han leído un trozo de mi novela algunos amigos y les ha gustado, en el fondo me siento presionada por el que pensarán, si les gustará esto o aquello, en resumen dejo de pensar en lo que quiero o me gusta porque pienso en lo que pensaran al leer mi novela.

Es totalmente un error, es fácil decirlo, “claro, hay que escribir lo que cada uno piense”, sí, pero no es tan sencillo, al menos para mí. Aunque ahora cuando vuelva a retomar la novela, volveré a escribirla como comencé, escribiéndola para mí misma, quizá nunca salga a la luz pero al menos seré fiel a lo que me gusta y en lo que creo.

He leído muchas cosas de otras chicas, que como yo, están escribiendo su primera novela y me siento muy identificada con ellas y ahora las diría, que no dejen de confiar en sí mismas.

Somos las únicas dueñas de esas páginas, las que poco a poco van tomando vida y forma y todo gracias a nuestra imaginación, nuestras emociones y nuestras manos.

 

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