—Bésame
—susurró cerca de sus labios —. Quiero sentirte, necesito pensar que
eres mío, aunque sólo sea por primera y última vez.
Finalmente, las palabras retenidas tanto tiempo en su interior, brotaron de su garganta. Ya
no había marcha atrás. En el reflejo de sus ojos podía ver la lucha que se
debatía dentro de él, algo de asombro por escucharle decir aquello y algo más que no sabía definir. Dafne siempre logró disimular sus
sentimientos. Nunca se atrevió a decirle lo que sentía. Las interminables noches
imaginando sus besos, fantaseando con sus caricias y ahora le tenía tan cerca,
apenas separados por milímetros. Podía sentir su dulce y cálido aliento sobre
sus labios.
—Nunca pensé que… ¿por qué
nunca me lo dijiste?
—Debía haberlo hecho
—confesó Dafne apartándose un poco de él.
Dafne percibió algo de
rabia en su voz, aunque no entendía el motivo. Siempre se trataron como buenos amigos y compañeros y ahora
estaba allí, delante de él, suplicando por un beso. Se había lanzado al abismo,
pero ya no le importaba. Era el último día que pasarían juntos. Cuando él dijo
que se iba al extranjero, un vacío se abrió en su interior, se había conformado
con su amistad, con su cercanía pero ya ni siquiera eso le quedaría. Se iba demasiado lejos y para siempre. Se sentía como una tonta por no
haberle dicho nada, por no haber aprovechado todo ese tiempo juntos. Lo que
antes veía complicado, ahora lo veía como algo nimio y absurdo.
—Te vas… —volvió a juntarse
más a él. —Y no quiero seguir imaginando como serán tus besos, tus caricias… Hazlo
Derek.
Miró hacia su propia mano,
apoyada en el fibroso pecho masculino, subía y bajaba al ritmo de su
respiración, cada vez más agitada.
—Joder… —blasfemó, a la vez
que la cogía del cuello y la acercaba hacia su boca.
El contacto con sus labios era increíble, apenas podía creer que estuviera ocurriendo. Estaba siendo intenso, tanto como lo era él, picante y delicioso. Después de probarle, de
saborearle, tenía una sensación agridulce, ya que sabía que nunca volvería a
sentirle de nuevo… Sus manos bajaron por la camisa, quería deshacerse de ella,
no iba a parar ahora, quería todo de él. Los labios entrelazados y cada vez más
ardientes, se decían todo lo que habían callado durante tanto tiempo.
Dafne logró desabrocharle todos
los botones, mientras que él le acercaba más hacia su cuerpo. ¿Acaso ya no
hacían faltan palabras? La barrera física que les separaba se estaba
derrumbando poco a poco, dejando ver la necesidad que sentían el uno por el
otro.
Sorprendida por el deseo que él parecía sentir por ella, siguió deslizando sus dedos hacía el pantalón de Derek, pero de
pronto él la paró, la agarró de la
muñeca y se apartó.
Jadeando, clavo sus ojos en ella. Por un momento pensó
que pararía, pero estaba equivocada…
—Desnúdate —le ordenó
Derek.
Sintió un escalofrío desde
la cabeza a los pies, su cuerpo se anticipaba a lo que estaba apunto de
ocurrir. Por fin, sería suyo, aunque sólo fueran unas horas, un día, un breve
momento…
Despacio se fue quitando la
ropa, sintiendo la turbia mirada de deseo que él le regalaba. Al fin, se
encontraban desnudos, uno frente al otro. Ella le cogió del cuello y le
arrebató un beso, ya no solo era intenso, era pasional, lujurioso. Sentía sus
manos por toda su anatomía. El fuerte y atractivo cuerpo de Derek contra el
suyo, era una combinación perfecta, mucho mejor que en sus sueños.
—¿Por qué Dafne, por qué
nunca me lo dijiste? —preguntó sin parar de abrazarla, tocarla.
—No hables, ya no importa.
—¿¡No te das cuenta!? —se
separó de ella —. Esto es lo que he querido hacer durante todo este tiempo,
pero nunca me diste una señal, nada.
Ella le miró sin saber que
decir, no quería hablar de ello, ya no importaba, tenían ese instante y no
quería pensar en el dolor que sentiría después. Derek le devoraba con los ojos,
el deseo se reflejaba en ellos, oscuros y profundos. Él pareció intuir lo que estaba pensando, se
acercó más hacia ella e hizo que se girase contra él.
—He deseado acariciar estos
deliciosos pechos tantos días y tantas noches… —le dijo sintiendo como golpeaba
su rápida respiración contra su nuca.
Fue deslizando los dedos
por los tensos y excitados pezones, mientras con la otra mano bajaba más allá
de su vientre. Dafne gimió excitada.
—He deseado besar y lamer
todas las partes de tu cuerpo —su voz era baja y áspera.
Los gruesos dedos se
abrieron camino entre sus piernas, ella presionó su trasero contra la
excitación que le empujaba desde atrás. Le besó el cuello, haciendo que Dafne
sintiera un ramalazo de calor bajo su vientre, la humedad se iba haciendo
latente entre sus muslos.
—Voy a lamer cada parte de tu cuerpo, no podrás olvidar esta noche,
no dejaré que me olvides. —excitado, acarició con más intensidad la suavidad que
ella le ofrecía.
Dafne sintió que una mezcla
de deseo y dolor se apoderaba de ella. Por supuesto que no podría olvidarle y
aunque por un momento creyó que esto le ayudaría, estaba empezando a ser más
duro de lo que nunca imaginó. Ya no podría borrar el recuerdo de su toque, el
agradable y familiar olor que desprendía
y le volvía loca.
—¿Qué quieres Dafne?
Pídemelo. —le exigió.
Había tantas cosas que le
pediría en esos momentos, pero solo una era la que no se atrevería a pronunciar
sus labios. Él metió los dedos en su vagina, haciendo que su cuerpo temblara,
se estaba quemando por dentro. Ya no aguantaba más, demasiado tiempo
deseándole. Se dio la vuelta y mirándole a los ojos, le confesó:
—Quiero que estés dentro de
mí… Ahora.
La levantó sin apenas
esfuerzo, ella le rodeó la cintura con sus piernas, Derek sin parar de mirarle a los ojos, la penetró
poco a poco, dulce y suavemente. Notaba como acogía la gruesa erección,
haciendo que se abriera lentamente y la rompiera por dentro con millones de
sensaciones distintas. Se estaba quebrando, sentía que una enorme conexión
nacía entre ellos. Su mirada le decía tanto…
—Pídemelo Dafne, ¿Qué
quieres? —volvió a insistir entre jadeos y pequeñas embestidas, entrando y
saliendo suavemente.
Acaso él la estaba
pidiendo…No, no podía ser, era imposible. No se lo diría. Nunca.
—¿Te conformarás con esto?
¿Será lo único que te llevarás de mí? —le retó — ¡Dilo!
Una lágrima cayó de los
femeninos ojos, el placer y la agonía se mezclaban como un huracán dentro de
ella. Selló su boca con un beso y sintió como el clímax se aproximaba, todas
las terminaciones nerviosas de su cuerpo, se estaban preparando.
—¡Pídemelo! —insistió.
—¡¡Quédate!! —gritó a la
vez que el placer le golpeaba de forma dura e intensa, al mismo tiempo que sentía como el deseo de Derek se diluía
dentro de ella.
Con la respiración agitada,
sudorosos y exhaustos, clavó sus ojos en ella, una lenta y suave sonrisa se
dibujó en el masculino rostro.
—Ahora ya no te podrás
librar de mí. Por fin has confesado.
—¿Cómo? —preguntó Dafne confundida.
Derek le acarició la
espalda tiernamente y dándole un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja, le
susurró:
—Dafne… Nunca he pretendido
irme a ningún sitio…

Tienes una forma de enganchar un estilo tan lleno de calidad y sensualidad que no se pq no has salido todavia a la luz
ResponderEliminarUn bs
Me gusta demasiado la forma en que haces tus relatos. El erotismo es el necesario como para hacerte temblar, pero sin ser vulgar. Lo cual se agradece enormemente!
ResponderEliminarUn abrazo Jessica! y sigue escribiendo
Joe chicas, no os imagináis cuanto me han animado vuestros comentarios, especialmente hoy, que es de esos días tontos, jajaja.
ResponderEliminarDe nuevo gracias por las cosas que me decís, realmente me ayudan a seguir.
Un besazo a las dos.
Siempre es un gusto alabar algo que está bien escrito!
ResponderEliminarComo es sabido... lo erotico está bastante de moda, pero para todo yo soy bastante complicada... me gusta que si bien haya descripción quede un espacio para que como lectora pueda imaginar. Y en muchos relatos de ahora.. eso no es posible. Pero en cambio con tus relatos tengo espacio para usar mi imaginación y lo agradezco demasiado.
Yo también ando en un día tonto... hahaha pero todo lo que tenemos que hacer es seguir escribiendo.
Un beso!!
Muchas gracias Connie. A seguir escribiendo ;-)
ResponderEliminarQuerida Jessica:
ResponderEliminarMe encanto!!!! Y me uno a las demás, tienes un estilo de narrativa que me gusta: me transmite lo que sientes los personajes.
Una vez mas, felicidades. Y no tardes mucho en publicar.
Besazos.
PD: ¿Para cuando me prestas a Derek? es solo por un tiempo, cortito...prometo devolvertelo...ejem, ¿pronto?. :p
Jajaja, muchas gracias Loly, que bien que te ha gustado. Ainssss golosonaaaa, a mi me da que Derek y Dafne están todavía en la habitación sin salir, asi que nos vamos a quedar con las ganas de robárselo, jajajaja.
ResponderEliminarUn besazo y gracias por comentar ;-)
pastelitoooo !!
ResponderEliminarme ha encantadooooo!!!! sabes que tengo poco tiempo...
sabes que no soy escritora y no entiendo de narrativas ni na de esoo jajajaj!!! que en mi vida me guio por la emociones y sensaciones... y por las cositas lindas de la vida que me llegan...
y tu relato me ha llegado ...
TE KIEROOO MUCHOOO Y SIGUEEE!
Ayyy esa Raquelilla!!! Yo sí que te quiero, loca!
ResponderEliminarUn bsazo
Jessi,que te puedo decir...espectacular!!!me has enamorado,preciosa novela.me he echo fan tuya,eres grandeeeeee,sigue así,animooooo
ResponderEliminarGracias Marta, me ayuda mucho vuestros ánimos y ver que os gusta lo que voy escribiendo ;-)
EliminarEs realmente bonito, Jessica. A mi también me gusta así, con pasión pero sin extenderse excesivamente en los detalles XD Me ha gustado mucho ;)
ResponderEliminarHola guapa, me a encantado el relato... tiene el punto de justo de erotismo que nos hace subir la temperatura, pero también tiene ese punto de ternura y amor, de agonía al pensar que solo será ese vez...
ResponderEliminarFelicidades amiga... sigue así.
Que ilusión chicas, gracias por leerlo y comentar. Me alegro mucho que os haya gustado :-)
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